viernes, 6 de abril de 2012

Tu voz en otros planetas.



Por primera vez en la historia, científicos de la Universidad de Southampton (Reino Unido) han utilizado la física y las matemáticas para recrear los sonidos naturales de otros mundos, desde los relámpagos en Venus hasta los vientos en Marte o el crujir del hielo de los volcanes de Titán, la luna de Saturno. Además, han modelado los efectos de las distintas atmósferas, presiones y temperaturas sobre la voz humana, y lo han incorporado a un software que permite transformar el sonido de una voz en la Tierra para averiguar cómo se escucharía “fuera de este mundo”.


El autor principal del estudio, Tim Leighton, ha explicado que en Venus el tono de una voz se profundiza en comparación con los niveles en la Tierra "debido a la densa atmósfera del planeta". "Significa que las cuerdas vocales vibran más lentamente a través de esa sopa de gaseosa que tiene por atmósfera", ha apuntado. Sin embargo, la velocidad del sonido es mucho más rápida que en la Tierra por lo que, al final la voz de un hombre suena "como la de un pitufo de voz grave", ha indicado Leighton.

Los sonidos se podrán escuchar en primicia mundial en la exposición Vuelo a través del Universo, que acogerá este mes el Planetario Astrium en Winchester (Reino Unido). Leighton ha destacado que "en la actualidad, los planetarios muestran imágenes de los cuerpos del sistema solar, pero no hay información acerca del sonido en el universo". A su juicio, gracias a la investigación ahora presentada "el ser humano estará lo más cerca que se pueda imaginar del sonido espacial".

martes, 3 de abril de 2012

Datos sobre el autismo.





Al menos uno de cada 150 niños sufre autismo. Te contamos ocho descubrimientos recientes sobre este trastorno cuyos principales signos y síntomas afectan a la comunicación, las interacciones sociales y las conductas repetitivas.

Mal de genios. ¿Qué tenían en común Albert Einstein, Isaac Newton, Mozart, Beethoven, Inmanuel Kant y Hans Christian Andersen? Según ha concluído Michael Fitzgerald, psiquiatra irlandés del Trinity Collage de Dublín, todos estos grandes genios de la historia sufrieron alguna forma de autismo a lo largo de su vida.

Cabeza grande. Los niños con autismo tienen más niveles de hormonas implicadas en el crecimiento (factores de crecimiento insulínicos tipos 1 y 2) que aquellos que no padecen la enfermedad. Eso explicaría por qué la circunferencia de la cabeza en los autistas es más grande, según concluía un reciente estudio de la Universidad de Cincinnati (EE UU) publicado en Clinical Endocrinology.

La reputación no importa. De acuerdo con una investigación del Instituto Tecnológico de California (Caltech), a los autistas no les importa lo que los demás piensan de ellos. Para demostrarlo, los científicos compararon su comportamiento a la hora de hacer donaciones económicas a UNICEF en dos condiciones: estando solos y cuando eran observados por otra persona. Los sujetos sanos donaban más en presencia de un observador, porque tenían en cuenta cómo repercutiría en su reputación social. La cuantía donada por los autistas, sin embargo, era idéntica en ambas situaciones. Las conclusiones se publicaron en la revista PNAS

Procesan mejor. Los autistas tienen mayor capacidad de procesar información que el común de los mortales, lo que podría explicar el porcentaje aparentemente mayor que el promedio de personas autistas que trabajan en el sector de la tecnología de la información, afirman investigadores de Reino Unido. Además de esta mayor capacidad de procesar información, los autistas son más capaces de detectar información que se considera esencial, según el estudio, que aparecía en la publicación Journal of Abnormal Psychology.

Cara autista. El rostro de los niños con autismo tiene rasgos característicos, de acuerdo con un estudio publicado hace poco en la revista Molecular Autism. Concretamente, tienen los ojos y la boca más anchos, la zona alta de la cara más grande de lo habitual y la zona media de la cara (nariz y mejillas) algo más pequeña que la media.

Prematuros. Los bebés prematuros y los que nacen con bajo peso tienen una predisposición cinco veces mayor a desarrollar autismo que aquellos que nacen con un peso normal, según un estudio publicado en la revista Pediatrics y basado en datos obtenidos durante 21 años.

Ventajas en la prehistoria. Algunos de los genes que contribuyen al autismo podrían haber sido seleccionados en el pasado porque proporcionaban mayores habilidades en inteligencia espacial, concentración y memoria, cualidades que favorecían a quienes padecían autismo a la hora de cazar y recolectar.

Neuronas espejo. Las personas que sufren autismo tienden a tener problemas en cuanto a las habilidades sociales y les resulta casi imposible mostrar empatía al comunicarse con otra persona. De acuerdo con una investigación dada a conocer en Biological Psychiatry, se debe a fallos en el sistema de las neuronas espejo (las encargadas de comprender y anticipar los deseos y las acciones de los demás), que no se bloquean pero se desarrollan con extremada lentitud.